Las
elecciones del próximo 7 de junio se pueden dividir en dos amplios márgenes de
apreciación: el histórico y el intrascendente.
El primero atañe a la condición
naciente del nuevo conocido Instituto Nacional Electoral. Pues serán estos los
primeros comicios organizados por el autonomísimo organismo, que deberá
estrenar sus nuevas y relucientes facultades derivas de la desangelada Reforma
Política.