Lo Que Realmente Significa: Prohibir

Por Oscar Ortega Espinosa

A partir de la publicación de la última reforma a la ley para prevenir y erradicar la Violencia en el Distrito Federal, del día 8 de  septiembre de 2014, por medio de la cual fueron agregados como conceptos aquellos el de antisemitismo y otros más referentes con orientaciones sexuales diversas a la heterosexual, he replanteado la cuestión sobre la prohibición de ciertas prácticas sociales (utilizo el término para evitar calificar el hecho de antemano) y qué realmente obtienen los grupos del poder con estas prácticas.


Durante semanas, antes de la aprobación de las citadas adiciones, empezaron a circular rumores en la extrema derecha de que esto buscaba evitar a toda costa cualquier réplica al dominio judío internacional, el cual creen que es ilimitado. La modificación ya antes dicha fue concebida como la última fase de la consolidación de la hegemonía judía. De hecho, sin entrar dentro de prejuicios, cuando se impide la crítica a varios colectivos en aras de un gobierno políticamente correcto, a la gente quisquillosa se manda el mensaje de que estos grupos no admiten crítica alguna por hallarse en una situación de poder recién adquirida de la que no quieren salir.

La prohibición es un acto de poder, prohibir una práctica social es buscar modelar a la sociedad al antojo de uno, aun cuando uno defienda la causa de la bandera de los derechos humanos. Lo peor de esta nueva reforma es que si bien define lo que es el antisemitismo, genera varias dudas ¿un palestino o un árabe que viven en Israel serán considerados israelíes?, ¿cuáles son las manifestaciones del antisemitismo? ¿Serán prohibidas obras antisemitas en aras de evitar la injuria a un grupo determinado, cual lo dice el artículo 5 XXIX de la Ley para prevenir y erradicar la violencia en el Distrito Federal?

En México, aunque nadie lo crea la libertad de expresión está más difundida que en otros países como Francia, Austria y Alemania donde cualquier investigación revisionista es considerada un delito por negar el Holocausto. Lean sobre los casos de David Irving y Robert Faurisson, el primero en Austria y el segundo en Francia. Salvador Borrego en esos países nunca hubiera sacado a imprenta su libro “Derrota Mundial”. De bando de la izquierda, a pesar de haber perdido relevancia sus ideas en la actualidad, tuvo en México un receptáculo óptimo, con múltiples publicaciones. ¿estará, entonces, en peligro la libertad de expresión en el Distrito Federal por tan novísima innovación?

En fin, esta reforma será observada como progreso para la comunidad judía y los liberales, pérdida histórica para los antisemitas, pero para los recelosos representará una consolidación del nuevo equilibrio de fuerzas en México, o al menos en el Distrito Federal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario