De la América Descubierta y la América Conquistada, Problemas de Identidad.

Por Gabriel Muñiz Mendoza

No son pocas las fechas que llegan a causar revuelo entre algunos sectores de la sociedad, principalmente aquellos que tienen un poco de información y que gozan de la libertad de navegar por las redes sociales.
Ciertos acontecimientos de la historia se han vuelto con el pasar de los años temas cliché y eso es precisamente lo que le ha pasado al Día de la Raza, Día de la hispanidad, o como quiera otra forma que se utilice para hacerle mención.

El caso es que año con año llega la inevitable fecha del 12 de octubre -de la misma forma que llega cualquier otra fecha en el año-, y es entonces que se viene una tormenta de comentarios polarizados al respecto. Descubrimiento, conquista, genocidio, colonización, saqueo, etc., son palabras que se vuelven recurrentes en foros, páginas y comentarios en imágenes.
Para muchos celebrar un día así no significa más que alabar las atrocidades perpetradas primeramente por los españoles y luego por el resto de países europeos, es por ello que algunos que se sienten indígenas –sin serlo- proclaman al 12 de octubre como el Día de la resistencia de los pueblos originarios y, al anterior, como el último día de libertad de los pueblos americanos.
Son problemas de identidad, las personas quieren sentirse parte de un grupo, en ocasiones con vocación de mártir. Se creen defensores de los pueblos indígenas ancestrales arguyendo que si los españoles no hubieran venido a conquistarnos los pueblos originarios hubieran alcanzado un gran desarrollo y hubiesen conservado su riqueza. Idiosincrasia de la SEP.
Hay algo que escapa a veces al narrar la historia, el azar, ¿qué hubiera pasado si Colón no hubiese llegado a América?, ¿si los turcos no hubiesen tomado el Mediterráneo?, ¿si nadie hubiese financiado las expediciones marítimas?, hay una serie de factores que fueron influyendo en la conformación del mundo actual y que las personas no toman en cuenta al emitir sus opiniones, quizá era que simplemente el desarrollo de la tecnología y las necesidades de la época daban para que se descubriera un continente que no era ajeno a todo el mundo pero sí a los europeos.
Volviendo al tema de la identidad y de la defensa de lo que consideran que fue “genocidio y esclavitud” aunque el primer término no fue acuñado sino hasta bien entrado el siglo XX hay que hacer unos apuntes. En el caso mexicano ese nacionalismo exacerbado del siglo XIX se fue enriqueciendo y haciéndose una idea cada vez más fuerte hasta llegar al punto cumbre de que algunos liberales radicales intentaran arrasar con el pasado hispánico de la patria.
¿Cómo puede concebirse ese pensamiento en la actualidad?, es que a la mente de muchos escapa que el idioma que hablan es el español, que aunque no lengua oficial es la mayoritaria en el país, se cuela frente a ellos la idea de que sus nombres, sus apellidos, la forma de vestir, los modos que tenemos al comer y otra cantidad de cosas con influencia occidental.
No es defender a unos y castigar a otros, como se ha dicho son problemas de identidad. Somos mestizos –en su mayoría-, herederos de tradiciones de civilizaciones muy diferentes una de otra y que sin embargo fueron formando con el pasar de los siglos la identidad actual del grueso de la población. Es momento de revalorar nuestras raíces, el pasado majestuoso prehispánico y el pasado a veces lúgubre pero importantísimo de la cultura hispana. Todos somos al final un poco de lo que fueron los que estuvieron antes de nosotros. El encuentro de dos mundos.

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