Somos Burros!!, No Ignorantes…

Por Carlos Ernesto Alonso Beltrán


La Técnica al Servicio de la Patria y Por mi Raza Hablará el Espíritu son dos consignas impactantes e históricas. Que generan ecos sonoros alimentados por una pasión que, en una desgarrada entrega, dan todo de sí y cuanto más. Siempre, en cabal cumplimiento de una misión auténtica –por decir lo menos- y humana –por decir lo justo-.

En el país, muchas son las dolencias que día a día se suman al calvario que de forma inmerecida se ha posado sobre los hombros de esta nación. Sin embargo, como un bálsamo generoso, se contempla a la educación superior, la educación pública en específico, como aquella que pese a toda dificultad e insuficiencia, ha logrado mantenerse como un honroso distintivo de la calidad nacional.
Es necesario realizar un énfasis en la característica pública de las instituciones educativas que actualmente se encuentran en la cima del ranking de la mejores Universidades del país. La UNAM en primer lugar y el IPN en segundo. Este último ha desplazado del puesto al Tecnológico de Monterrey.
No obstante lo mencionado, es precisamente el Instituto Politécnico el que en los últimos días se ha encontrado envuelto en una serie de reformas de sus instrumentos normativos que despertaron un amplio descontento entre los estudiantes y profesores que lo integran.
Dos son los principales cambios contemplados. El primero específicamente se trataba de la modificación del Plan de Estudios 2014 de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad Zacatenco (ESIA UZ). El cual presentaba numerosas inconsistencias y contradicciones, además de ser publicado incompleto pues hacía falta la descripción de los contenidos de las materias, o unidades de aprendizaje, como ahora son llamadas. Empero, la aplicación de dicho Plan, ha sido aplazada hasta el próximo año. Considerando que en su revisión participe la comunidad politécnica.
En el mismo sentido corre la segunda reforma. Esta tiene que ver con el Reglamento Interno de la Casa de Estudios, el cual fue aprobado el pasado miércoles 24 de septiembre de 2014 y entrará en vigor hasta su publicación la Gaceta Politécnica.
Las principales modificaciones que se aprecian en una comparación general con el anterior reglamento de 1998 son relativas a su vinculación con los sectores productivos y demás puntualizaciones de carácter orgánico que hacen pensar en una integración a las dinámicas comerciales y de producción masificada que contrastan con las consideraciones anteriores que promovían el desarrollo y extensión de la ciencia y la cultura.
Igualmente llama la atención el endurecimiento de ciertos criterios concernientes para los docentes y alumnos. Los primeros son sumados a las políticas federales de evaluación. Aún que ésta será realizada por la misma institución, resulta consistente con las medidas a las que han sido sometidos los profesores a nivel nacional. La orden dista mucho del Reglamento anterior, pues en él la Institución fomentaba el desarrollo profesional en una situación de cooperación.
En lo que respecta a los alumnos, las facilidades de reinscripción y cambio de carreras se ven limitadas o no consideradas; los egresados dejan de ser reconocidos como parte de la comunidad politécnica y los altos criterios que el Reglamento anterior postulaba para la creación de Planes de Estudios, son reducidos a un simple miramiento sin descripción ni profundización.
Lo anterior resulta altamente sospechosos si se piensa en qué da origen a dichas reformas. Pues por qué es precisamente en el mismo año en que el IPN arrebató el segundo lugar del ranking al Tecnológico de Monterrey cuando se proponen todas estas medias controversiales. Es el mismo hormigueo que inspira a cuestionar el por qué nunca se ha considerado otorgar la Autonomía para el Politécnico. ¿Acaso su condición de desconcentrado de la Secretaria de Educación Pública es una garantía que permite limitarlo cuando sea necesario para permitir el desarrollo de instituciones privadas?
Tales cuestionamientos no pasan desapercibidos por su comunidad que ha recuperado las calles para realizar monumentales y legítimos reclamos ante las reformas y la falta de comunicación eficaz de sus autoridades.
Este despertar refrescante de pensamiento crítico no es casualidad, es correlativo con la conciencia e ideal colectivo que décadas de protestas han generado en el sector más tenaz de la sociedad. La juventud. Románticamente podemos evocar las decidas movilizaciones que el 68 regalo a una ciudadanía que, al igual que hoy, veía a un aparato de poder con hipócrita tricolor, disparar muerte y sembrar hambre.
Y aunque no quepan las comparaciones, pues año con año habrá la posibilidad de referir frases que evoque las memorias que no se olvidan, hoy la situación da uno de esos vuelcos históricos en los que las condiciones, si no las mismas, sí lamentables hacen ver con aliviados ojos a nuevas generaciones que no vivieron el 68, que tal vez ni siquiera sus padres lo hicieron, pero que aun así reciben el relevo generacional de defender a su “Patria” o a su “Raza”.
Porque hoy frente a un gobierno que se dio cuenta que es más barato matar a un pueblo con hambre e ignorancia, se continúan levantando las Universidades. Firmes, comprometidas y públicas.
He de cerrar estas líneas con dos consignas tan sonoras y contundentes como las primeras: #TodosSomosPolitecnico y ¡2 de octubre no se olvida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario