Desde hace un tiempo algunas personas
alrededor del mundo se han interesado en la reforma de la educación en
Occidente, en cómo pasar de un estado educativo engendrado en el siglo XVIII
dado por las mentes de los ilustrados a un estado educativo útil para el siglo
XXI.
Hace
dos siglos la educación pública era impensable y se encontraba mayormente
monopolizada en manos de las órdenes y sociedades religiosas hasta que, paulatinamente
a la educación religiosa se fueron abriendo centros educativos en los Estados
subsidiados por los impuestos de los ciudadanos. Una idea revolucionaria en
aquellos tiempos y a la que mucha gente se opuso al pensar que sólo una clase
podía y debería acceder a la educación. La economía rige muchas de las
actividades de los hombres.
Uno
de los problemas actuales con la educación es que estudiamos en un momento dado
para aplicar esos conocimientos tiempo después, es decir, nos enfrentamos al
futuro. Es un reto difícil, y peor aún tenemos herramientas del pasado. La
mayoría de los que actualmente estudiamos, de nivel prescolar a la universidad
lo hacemos a lado de profesores que se criaron en el siglo XX muchos antes del
invento de internet.
Nuevas
tecnologías, medios de comunicación y mil y un aparatos que demandan nuestra
atención hacen complicado el proceso, lo que debería ser una ayuda para nuestra
formación se vuelve en nuestra contra.
Lo
anterior se puede graficar combinando algunas cosas, durante la infancia nos
vemos más dispuestos a aprender dado que el bombardeo es menor y se está
estimulada la creatividad, ¿cómo es esto? A temprana edad no se tienen
demasiadas materias en las cuales invertir el tiempo ni existe la preocupación
por pasar con honores los exámenes porque de ello dependa nuestro futuro
económico. Tampoco se encuentra uno interesado en las redes sociales, en si se
ve bien estéticamente nuestro cuerpo, en si le gustamos a esa persona e
infinidad de cosas más que requieren parte de nuestra atención.
Prima
pues, la curiosidad, la creatividad, el arte y las relaciones humanas de
contacto físico. Sir Ken Robinson en una conferencia magistral que ha servido
de inspiración a muchos en el mundo habló de que las escuelas matan la
creatividad, la combinación de los factores de la falta de creatividad con la
falta de relaciones en la vida real ha hecho que poco a poco nos enclaustremos
en una caverna, del tipo que decía la alegoría de Platón.
¿Cómo
entonces salir de ella?, ¿por qué romper paradigmas? Sencillo porque no estamos
avanzando como sociedad, pensamos lo que otros quieren que pensemos, consumimos
lo que otros quieren que consumamos y trabajamos según el capricho de otros. El
móvil siempre es el dinero pero no es lo más importante, inclusive si
pensáramos de forma más creativa podríamos conseguir mejores empleos o trabajar
por nuestra cuenta y satisfacer nuestras necesidades sin pasar por la cadena de
montaje.
Las
escuelas se convirtieron en tremendas fábricas de obreros en lugar de ser
centros donde se desarrolle el pensamiento y se critique lo anteriormente dicho
y escrito. Pensamos que a los gobiernos del mundo les conviene tener un pueblo
adormilado, no pensante ni crítico y de hecho es cierto pero, ¿qué pasaría en
el sentido opuesto? En el caso de México ¿qué ocurriría? Según James Robinson y
Daron Acemoglu las naciones ricas son aquellas donde la ciudadanía disfruta
plenamente de sus derechos.
Un tema sin duda para
reflexionar y debatir.
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