Por Rodrigo Ledesma Alarcón
El tema del presente artículo es abordado desde distintas perspectivas, en ésta ocasión nos enfocaremos en los ámbitos jurídicos y las repercusiones sociales que dicho tema genera.
El
espectáculo más antiguo que jamás haya existido en la historia, el circo. Esta
tradición se remonta hace 3000 años en diversos lugares del mundo, tales como
Grecia, China, India y Egipto. Los animales no siempre han existido dentro del
espectáculo, en la antigüedad las compañías circenses recorrían las ciudades
para mostrar sus habilidades, fue así que en 1768, en Inglaterra surge el
primer circo moderno, llamado Circus Hippodrome, haciendo aquí su aparición los
primeros animales de circos, caballos compitiendo entre sí dentro del circo,
además, se realizaban acrobacias, actos de equilibrio y obras teatrales como
parte del espectáculo.
El circo ha
sido una tradición que se la adoptado en todo el mundo, en México, hizo su
aparición con el espectáculo de Philip Lailson en el circo Ecuestre en 1808,
pero fue hasta 1841 cuando nace el primer circo mexicano llamado “El Circo
Olímpico”.
Al asistir
a un circo como espectador, nos divertimos, reímos, y admiramos a los
entrenadores de animales, son considerados valientes y buenas personas, pero
estar en un circo es una condena para cualquier animal, aun cuando sea tratado
de la mejor forma posible, el hecho de apartarlos de su hábitat natural, ya
constituye una forma de maltrato ya que va en contra de la naturaleza. Esto
siendo lo más mínimo, pero no olvidemos que son encerrados en jaulas la mayoría
del día, atados para que no intenten huir, todo esto impide a los animales
desarrollar su comportamiento natural, causando un daño físico y psicológico al
animal generando así trastornos o enfermedades.
Los
animales más comunes de los circos hoy en día son los caballos, tigres, monos,
elefantes, jirafas, estos son hoy en día un elemento primordial de los circos
contemporáneos, los padres de familia acuden con sus hijos a ver dichos
espectáculos con la intención de tener un acercamiento cercano con estos seres,
seres que mediante acrobacias, trucos, conductas que incluso, van contra la
naturaleza de cualquier animal son exhibidas ante miles de personas día a día.
Lo que
vemos como espectadores en la puesta en escena de cualquier espectáculo circense
en el que se relacionen animales, es el resultado de un riguroso y cruel
adiestramiento, mediante el castigo y la coacción se logran las conductas
expuestas al público, como ejemplo el salto de un león entre un aro de fuego,
cuando por naturaleza ellos huyen de este por obvias razones considerarlo como
un peligro inminente.
En
contraste, estos animales, en su mayoría, son tratados de una forma deshumana,
con maltratos que incluso podrían poner en peligro su vida, golpes, azotes,
separación de una cría recién nacida de su madre, viajes largos en lugares
reducidos para sus dimensiones, mala alimentación, son solo algunos ejemplos de
lo que los animales de circo sufren, aquí es cuando debemos hacernos la
pregunta como sociedad, ¿valen la pena los aproximadamente $50 que pagamos como
espectadores del circo? Al aceptar esto, seguimos fomentando el maltrato a
todos estos animales.
En los
últimos años, hemos observado como sociedad la creciente ola de maltrato contra
animales, no solo se circos, peleas y exhibiciones que aparentemente dan
“diversión” a determinados grupos sociales, verbi gracia, pelea de perros y
gallos, corridas de toros, entre otras, y aquí es cuando debemos reflexionar,
los animales, ¿podrían ser sujetos de derechos en nuestra legislación?
Debido a
movimientos y crecientes quejas ciudadanas, legisladores de diversos municipios
de la República
Mexicana, han decidido prohibir el uso de animales en estos
actos circenses, el primer municipio en dar este gran paso fue Zapopan, en el
2012, ya que promovió una reforma de ley para prohibir estos actos, la reforma
tenía por contenido lo siguiente:
“Quedan prohibidos los espectáculos circenses que anuncien,
utilicen o exhiban animales para la diversión”, establece el reglamento
administrativo aprobado el año pasado.
La
legislación de Naucalpan también se unió a esta causa, estableciendo lo
siguiente:
“Queda prohibida la celebración y realización de espectáculos circenses públicos o privados en los cuales se utilicen animales vivos sea cual sea su especie, con fines de explotación, exposición y/o participación”, se lee en el Artículo 67 Bis del reglamento.
“Queda prohibida la celebración y realización de espectáculos circenses públicos o privados en los cuales se utilicen animales vivos sea cual sea su especie, con fines de explotación, exposición y/o participación”, se lee en el Artículo 67 Bis del reglamento.
En días
recientes han sido sumándose más estados a esta causa, generando polémica
social. Como complemento de este articulo realice una pregunta a un sector de
la sociedad pertenecientes a la
UNAM en diversos niveles académicos, realmente es
impresionante ver como aproximándome el 85% de las personas encuestadas se
encuentra en contra de que los animales sigan participando en los circos, esto
debido a sus tratos inhumanos, formas de tortura, etcétera… en contraste, las
personas que estaban a favor, pensaban no en los animales mismos, si no en las
personas que podrían quedarse desempleadas al tomar esta medida, como lo son
los domadores, y el elemento que podría perderse en el circo.
Este
artículo no fue realizado con la intención de hacer que te inclines hacia un
punto en específico, es solo una pequeña reflexión de un problema social que a
mi parecer nos incumbe a todos por igual.
En mi
opinión, estoy en total desacuerdo con el uso de animales en los circos, el
gerente del circo Atayde, en una entrevista mencionó que trata a los animales
como “oro”, no dudo que existan circos en los que se trata de una manera
adecuada a los animales, el problema es que a pesar de recibir ese trato, los
animales son separados de su habitad natural, es al menos, para mí, uno de los
principales problemas. Además de documentales que aquí pongo a su disposición
para sacar conclusiones personales.
Los mejores
circos del mundo, no usan animales…
“La
no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución.
Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”.
Thomas Edison
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