La triste situación de Palestina ¿Un Paso Más en la Transformación del Medio Oriente?



Por Oscar Ortega Espinosa.

Ante el comienzo de la invasión terrestre de la Franja de Gaza por parte de los soldados israelíes, después de un largo periodo de bombardeos, surgen de nuevo las dudas sobre los orígenes y catalizadores de este conflicto que parece no tener fin. Ante esta retahíla de preguntas han aparecido sinnúmero de respuestas, al igual que opiniones tan divergentes que hacen difícil obtener una información carente de tendencia alguna, imparcial, aunque ¿realmente la hay imparcial al cien por ciento?
            Ante la confluencia de dos pueblos tan opuestos, como son los palestinos y los israelíes, aparecen para complicar la situación, una serie de diferencias raciales, religiosas e ideológicas que causan estupor en aquel lo suficientemente atrevido para iniciar una investigación sobre el tema.
            Igualmente los orígenes de ambos pueblos quedan sumergidos en las brumas de la Historia, donde permanecerán veladas las razones de este odio. Sin embargo, aunque este problema pudiera remontarse –si uno lo deseara- a la edad de Piedra misma, la tensión entre los árabes y los judíos sionistas surgió por una serie de tratados, tratos y juegos de alianzas que surgieron para que los primeros lucharan contra las tropas del Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial; mientras que los segundos, en hábiles juegos políticos convencieron a los principales asistentes de la Conferencia de Versalles para otorgar el dominio de la región de Palestina a los judíos. Estos dobles juegos llevaron a las potencias vencedoras a pactar compromisos contradictorios que fueron la  causa de la inestabilidad presente en el Medio Oriente, desde el canal de Suez hasta Irak.
            En realidad parece desconcertante que el bombardeo sobre la franja de Gaza coincida temporalmente con la guerra civil en Siria y la proclamación del Estado islámico de Irak y del Levante, hechos que podrían modificar (y posiblemente lo harán) la geografía política de la región. ¿Acaso este último acto de agresión hacia los palestinos queda enmarcado en una labor para consolidar la región de Palestina bajo el dominio israelí para posteriormente enfrentar el gran desafío que se forma en el Oriente de aquel país? Esta posibilidad no debe ser menospreciada si tenemos en cuenta la gira del rey jordano hecha hacia los Estados Unidos y los llamados constantes de un gobierno iraquí que no puede sostener por sí mismo, dirigidos al mismo país. ¿En estos años será cuando las malas decisiones políticas tomadas durante una ya olvidada conferencia de paz sean corregidas con el precio de sangre y muerte? Después de casi un siglo, nos cabe sólo seguir esperando cualquier desenlace, cualquiera que éste sea.


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