Por Gabriel Muñiz Mendoza
La educación
en México según diversos estudios está atrasada en un margen de entre 30 y 50
años respecto de otros países OCDE, estamos por ello educando según los
estándares del siglo pasado esperando resultados para el nuevo milenio.
El atraso es evidente en todos los
niveles educativos desde preescolar hasta la universidad aunque menos notoria
en esta última. Muchos aún aprendimos que sólo había tres estados de la
materia, cinco sentidos o que las mayúsculas no se acentuaban, ejemplos burdos
pero que representan un problema actual pues continúan enseñándose aun cuando
sabemos que ya no es del todo cierto.
Quizá uno de los factores de la
presencia de este problema es que no hay un relevo generacional, profesores de
más de 50 años siguen impartiendo clase casi de igual forma a como lo hacían al
principio de su labor docente. Lo más trágico de esto es que en ocasiones, en
diversos estados, los profesores dan clase hasta el día de su muerte (en el
mejor de los casos) porque hay algunos que no imparten la clase pero siguen
ocupando una plaza cerrándole el camino a gente más joven y mejor preparada.
En el caso del Derecho las cosas no
son tan diferentes, en México los estudios jurídicos se siguen basando en las
magnas obras de juristas del siglo pasado que, aunque son una excelente
referencia ya no responden a las necesidades de algo tan dinámico como lo es el
Derecho.
Textos como “Introducción al estudio
del Derecho” de García Máynez de 1940, el “Compendio de Derecho civil” de Rojina
Villegas realizado entre 1959 y 1962 o “Derecho administrativo” de Gabino Fraga
de 1934 hacen pensar que el desarrollo del Derecho se quedó estancado mucho
antes de ver las luces del nuevo siglo.
Aprendemos desfasados, todos,
absolutamente todos los niveles educativos y en todos los planteles a lo largo
y ancho del país. Usualmente los problemas educativos de las naciones son
imputables a su gobierno, pero a la sazón de los nuevos tiempos puedo decir que
esto es sólo en parte, también los ciudadanos tenemos la responsabilidad de la
educación sobre nuestros hombros, aunque claro es difícil por el acceso que
pudiese haber tenido la mayoría de la población. Fácilmente podría decir que
los padres, gracias a todos los adelantos tecnológicos y la apertura del
conocimiento a través de Internet harían más fácil el camino, pero no. Lo
anterior sería una mentira dado que gran parte de la población no tiene acceso
a una computadora y en algunos casos en donde si lo hay no saben utilizarla
adecuadamente, una educación autodidacta en México todavía es algo alejado,
pero que también debe estar en el debate de la educación que tenemos en el
país.
La educación siempre ha sido una
misión titánica para un puñado de mortales.
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