La refundación del país. Breves reflexiones.

Por Oscar Ortega Espinosa
Varias figuras católicas han propuesto refundar el país, entre ellas el Monseñor Vera, el padre Solalinde y el laico Javier Sicilia.1 El proyecto pareciera viable, sin embargo cabe preguntarse ¿Cuáles serán los fundamentos de esta refundación?

Algunos anticlericales podrían temer que estos buscaran la hegemonía, no tan evidente pero notoria, de la Iglesia católica en este orden de cosas. Por otro lado, tales bases no serían tampoco unas bases cien por ciento ortodoxas, cual puede constar de las declaraciones de cualquiera de las tres figuras arriba mencionadas. En pocas palabras, realmente no sabemos si el proyecto satisfacerá a algún sector especial de la población. Para grupos ajenos a la Iglesia católica, tal proyecto causará recelo, a los grupos conservadores dentro de la misma jerarquía o bien entre los laicos, el proyecto lo considerarán revolucionario; es decir para los revolucionarios, será un plan reaccionario; para los conservadores, demasiado radical.

Una vez tenido en cuenta lo anterior, debe entenderse bien las declaraciones de varios miembros de las altas jerarquías, que han sido menospreciadas por considerarse a los portavoces miembros de la teología de la dominación2, frente a los hechos ocurridos en Ayotzinapa y las reacciones que han surgido, muchas de ellas apoyadas deliberadamente para sostener la causa de una revolución, la cual todos quieren convocar pero en la que nadie quiere luchar. Ciertamente las jerarquías religiosas siempre han tenido intereses muy propios, sin embargo nunca les ha ido bien al liderar revoluciones y socavar el orden establecido que ellas mismas han abanderado, menos en estas épocas donde los ánimos están a punto de explotar. Los prelados, cada uno de una Iglesia distinta, saben reconocerse en qué momento la situación está ya fuera de control.

Al leer el artículo de la revista Proceso, donde se contenían sus declaraciones, aparece un término muy interesante: teología de la dominación. Después se encuentra que éste es contrario a lo que expresa el término de teología de liberación. Al leer la lista de aspectos de una y otra teología uno se percata que no estamos viendo en realidad dos teologías sino la visión dual de la religión, separando uno y otro aspecto. Siempre a un mensaje de perdición sigue el mensaje de esperanza. Hay aspectos reprensibles en “ambas teologías” pero realmente no son disociables la una de la otra.3 Esa visión maniquea propia de la teología de la liberación puede fácilmente conducir al marxismo pleno, y muchas veces oculta bajo capa de lo sagrado, luchas políticas desestabilizadoras. No digo que la situación social actual sea una maravilla, pero en los momentos de crisis, es posible que se agudice la inestabilidad por culpa de acciones certeras que vienen a fracturar más el ya convulso entramado social, dondequiera que éstas vengan. Esto es una advertencia sobre los riesgos de levantar movimientos radicales, que al final nadie controlara, y sobre la inutilidad y futilidad de un proyecto que ya nació abortado.

1 ESPINOZA, LETICIA “Pacto social: La Nueva Constituyente”, Zócalo Saltillo, 02 de febrero de 2015, http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/pacto-social-la-nueva-constituyente-1422893973

2 VILLAMIL, Jenaro, Chedraui y Onésimo, contraataque de la derecha con sotana,” revista El proceso, 20 de enero de 2015, http://www.proceso.com.mx/?p=393637

3 Rivas-Rivas, Saúl “Cómo saber si una teología es de dominación y cuándo es teología de la liberación”. Aporrea, 14 de junio del 2011 http://www.aporrea.org/

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