El Medio Oriente se considera la región más
peligrosa del orbe, donde las diferencias ideológicas están determinando el
rumbo apocalíptico de la zona y sus alrededores. Desde tiempos ancestrales las
antiguas civilizaciones, como los babilónicos, otomanos, judíos, árabes,
fenicios, persas, han estado en disputa por
imponer su política; de tal manera que la guerra y la disputa es lo que
ha caracterizado a la región hasta el día de hoy.
La religión es un
factor imponente y determinante que ha
marcado las diferencias entre los países de la región; el ascenso del Islam
desde siglo XX, se ha presentado
como que la única solución contra los problemas y el
abuso de Occidente quienes por mucho han estado acechando y saqueando sus recursos naturales. El
origen del Islam político fue retomado en Egipto, Irán y en Siria, de tal
manera que esto se ha ido propagando como una plaga en toda la región, y en sus
alrededores llegando hasta al norte de África, como en el caso de Nigeria y
Costa de Marfil.
El Islam es
contundente y claro en su libro sagrado el Corán, el cual dice: “Id y haced la
guerra primeramente contra los Judíos y Cristianos”. Para las dos ramas del
Islam: Chíita y Sunnita, esta interpretación es de suma importancia por lo que
representa el mundo judío-cristiano. Los
grupos islámicos que se han conformado y
que están convencidos de su doctrina, tienen como característica principal el
Yihad islámico, o dicho de otra manera “La guerra santa”. Paulatinamente han ido ganando terreno en la
arena política, lo que representa una amenaza para Israel y Occidente. El
extremismo islámico ha traído consigo una división violenta entre sunnitas y
chíitas, como en Irak y en Siria, donde la interpretación fundamentlista ha
tenido como consecuencia miles de muertes por los constantes choques entre estas
dos ramas del Islam.
Por otro lado, los laicos con apoyo de los militares no han
tenido protagonismo como los religiosos, no obstante han implementado
estrategias inteligentes que les ha permitido reivindicarse gradualmente, como
en Egipto y en Israel, donde las disputas se han equilibrado, en el caso de
Egipto el apoyo militar ha sido
crucial y determinante en política
exterior, como en la intervención en el conflicto palestino-israelí.
Los laicos-militares
están considerados como amigos de Occidente, sin embargo tiene sus asegunes por
la naturaleza de intereses que hay de ambos lados; esto se debe al protagonismo
geopolítico de los llamados BRICS, que
hoy en día están teniendo una gran influencia en conflictos cruciales, como los
disputados en Medio Oriente.
Por lo tanto, la
disputa se vuelve cada vez más sangrienta y cruel, mientras estos dos grupos
sigan actuando en terrenos políticos, donde todo apunta a un enfrentamiento
ilimitado en el cual arrastraran a otras potencias al conflicto. La región está
dirigiendo el timón político, económico, social y religioso, en todo el mundo,
lo que representaría una eventual
tercera guerra mundial sin precedentes, para lo cual, una intervención
diplomática sería insuficiente. Lo que realmente se necesita es disposición y
sensatez por los grupos en disputa, para lograr un bien común, donde nadie
salga perjudicado y sus intereses no puedan ser manipulados por otros grupos de facto.
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