¿Identidad Latinoamericana, o Identidades Latinoamericanas?

Por Fernando Nadales Rojas



Cuando hablamos de identidad latinoamericana, nos encontramos frente a un extenso panorama de interpretaciones al respecto; dentro de las cuales la interpretación, o mejor dicho el análisis cultural frente este tema, tiene un mayor peso que otros tantos. Ello debido a que la cultura –entendida aquí como formas de comportamiento de una sociedad; tomando en cuenta desde su organización política, económica, tradicional (ritos, festividades, etc.), hasta la propia cosmovisión- dota de un carácter identitario  a los seres humanos, dentro de un círculo social específico.

La cuestión es que, no podemos hablar de una cultura en específico debido a que en América Latina encontramos una multiculturalidad demasiado extensa, así como en otras partes del mundo. Inclusive, cada país  –me atrevo a decirlo así- cuenta con “sus propias multiculturalidades”. En nuestro caso, éstas han sido ocultadas o mercantilizadas, a tal grado que son ridiculizadas ciertas tradiciones, ciertos hábitos; o sea pues, la forma de vida de algunos pueblos indígenas que conforman parte de ésta identidad latinoamericana.
Pero entonces, ¿Cómo podemos hablar de identidad latinoamericana, si tomamos en cuenta el hecho de que, lo que la conforma (a ésta otra América) es una multiculturalidad? Primeramente, cabe recordar que éste continente fue colonizado en algún momento de la historia. Al mismo tiempo que fue invadida por otras culturas ajenas, cada una, a las lógicas preexistentes antes de la conquista y que se libran desde entonces dos tipos de luchas desde perspectivas distintas:
-Una de ellas es una lucha que pretende dominar y romper con la estructura social, económica, de las distintas culturas que existían en el período pre-colonial. Es una lucha que niega la existencia de aquél otro que es ajeno, el desconocido. Es una lucha que parte de una lógica desprestigiante sobre “el otro”, negándole en primera instancia su existencia como ser humano, pensante y, sobre todo, como cultura.
-La otra lucha que se viene gestando, es una lucha de defensa. ¿Qué se defiende? Se defiende el derecho a la existencia, a ser reconocidos como seres humanos iguales, y diferentes al mismo tiempo. Iguales en un sentido humano, iguales como seres vivos. Pero diferentes en la medida que se tiene una cosmovisión propia, que dota de sentido al mundo desde una concepción distinta de aquella que se pretende instaurar, o bien, imponer.
Bien pues, nuestra cultura latinoamericana es un tanto más compleja, y buscar una identidad dentro de ésta multiculturalidad refiere a un problema mucho mayor si nos planteamos la pregunta ¿Quiénes somos? Como dijo alguna vez Bolívar (Bolívar, Discurso de Angostura) “…No somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles (…) así nuestro caso es el más extraordinario y complicado.”
No obstante, hoy día nos encontramos permeados por una lógica imperante, una lógica moderna y capitalista que, nos enmarca (dentro de américa latina) como una civilización atrasada, como países de tercer mundo que aún no se han modernizado, que conservan aún rezagos del pasado pre-colonial, siendo denominada injustamente, como subcultura, cuando ésta es –sugiero- otra cultura distinta que no se enmarca precisamente en la definición tradicional del concepto. Y si bien no es aquella misma cultura indígena pre colonial, aún hace eco su resistencia ante la transformación impuesta por los países del primer mundo.
Si damos una mirada rápida hacia América Latina,  encontraremos cientos de pueblos indígenas en resistencia. Pero no sólo movimientos indígenas es lo que habita hoy día en ésta, nuestra américa, sino luchas obreras, campesinas, autónomas, etc., que pueden o no estar dialogando con el Estado; luchas por el territorio, tanto por ocuparlo, como por conservarlo. Y son estas tantas luchas, las que de alguna forma están debilitando y/o negando, una cosmovisión moderna, un Estado, un sistema capitalista, una lógica de vida a la que se supone debemos aspirar para el progreso, para el desarrollo humano. Son luchas que, buscan un escape de un pasado colonial; buscan no estar atadas a las normas tradicionales modernas; al mismo tiempo que permiten el distanciamiento de “la herida colonial”, que implica en primera instancia la negación de un grupo o grupos dominantes, lo que por ende (en segunda instancia) implica el reasumirse como seres libres sin dependencia económica, política y, sobre todo, sin dependencia cultural, lo que quiere decir que: la cultura propia se asume como tal, se defiende y, se re-apropia en diversas gamas sociales.
Habiendo planteado lo anterior, nos acercamos a esto que considero dota de una identidad latinoamericana, la cual considero aún no está definida como tal, pues como se menciona al principio, la cultura dota de un carácter identitario, pero la cultura misma no es, por ende, la identidad; esto en la medida en que existe una multiculturalidad, distintas cosmovisiones y diversas formas de vida, lo que impide que todos nos identifiquemos bajo una misma lógica, ya sea esta indigenista, socialista, autonomista…Y tantos otros “ismos” que pueden existir.
¿Qué unifica a esta otra américa?
Si bien no es la cultura precisamente como tal, lo que considero dota de un carácter identitario a nuestra américa (la américa latina), es asumirse como parte de ésta. Pero no es algo tan simple. El asumirse como parte de ésta otra América, implica también una resistencia cultural, una negación a aquello otro que es ajeno pero que no precisamente es un ataque tácito a las personas que no comparten la misma ideología. Asumirse como parte de américa latina, también es retomar las culturas prehispánicas, al amerindio; aceptar la multiculturalidad, la diversidad y esto, es menester para conformar no una, sino distintas identidades latinoamericanas.
¿Por qué distintas identidades? Porque hablamos de una multiculturalidad americana y, en lo personal, no veo la necesidad de unificar todo y seguir distinguiendo incluso a dos américas. Es una sola porque es multicultural. Si bien se hace la distinción de las dos américas, es porque aún se mantiene la idea de la sub américa, sub-desarrollada, sub-humana. Plantear distintas identidades, implica reconocernos a nosotros mismos como parte de un sociedad, con sus propias lógicas, pero donde también las fronteras culturales pueden ser sobrepasadas, sin trasgredir ciertas lógicas indígenas cuya lucha principal ha sido el reconocimiento de su existencia como seres vivos, humanos y su derecho primordial a habitar este mundo, nuestro mundo.
 No obstante, poderse asumir como americano o, en su defecto, como latinoamericano (ya expliqué por qué me causa conflicto éste otro término) implica una lucha característica de un pueblo oprimido, una lucha contra la imposición de un gobierno, de un sistema político, de un modelo económico, de una ideología ajena y, de una cosmovisión que implica una seria relación de dependencia en todos los rubros anteriores. Hablar de identidades latinoamericanas, implica la suma de todas éstas luchas que resisten por no dejar de ser quienes somos, por no estar sujetos constantemente, por asumir lo propio y defenderlo como tal. 

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