Cuando hablamos
de identidad latinoamericana, nos encontramos frente a un extenso panorama de
interpretaciones al respecto; dentro de las cuales la interpretación, o mejor
dicho el análisis cultural frente este tema, tiene un mayor peso que otros
tantos. Ello debido a que la cultura –entendida aquí como formas de
comportamiento de una sociedad; tomando en cuenta desde su organización política,
económica, tradicional (ritos, festividades, etc.), hasta la propia
cosmovisión- dota de un carácter identitario
a los seres humanos, dentro de un círculo social específico.
La cuestión es
que, no podemos hablar de una cultura en específico debido a que en América
Latina encontramos una multiculturalidad demasiado extensa, así como en otras
partes del mundo. Inclusive, cada país –me atrevo a decirlo así- cuenta con “sus
propias multiculturalidades”. En nuestro caso, éstas han sido ocultadas o
mercantilizadas, a tal grado que son ridiculizadas ciertas tradiciones, ciertos
hábitos; o sea pues, la forma de vida de algunos pueblos indígenas que
conforman parte de ésta identidad latinoamericana.
Pero entonces,
¿Cómo podemos hablar de identidad latinoamericana, si tomamos en cuenta el
hecho de que, lo que la conforma (a ésta otra América) es una
multiculturalidad? Primeramente, cabe recordar que éste continente fue colonizado
en algún momento de la historia. Al mismo tiempo que fue invadida por otras
culturas ajenas, cada una, a las lógicas preexistentes antes de la conquista y
que se libran desde entonces dos tipos de luchas desde perspectivas distintas:
-Una de ellas es
una lucha que pretende dominar y romper con la estructura social, económica, de
las distintas culturas que existían en el período pre-colonial. Es una lucha
que niega la existencia de aquél otro que es ajeno, el desconocido. Es una
lucha que parte de una lógica desprestigiante sobre “el otro”, negándole en
primera instancia su existencia como ser humano, pensante y, sobre todo, como
cultura.
-La otra lucha
que se viene gestando, es una lucha de defensa. ¿Qué se defiende? Se defiende
el derecho a la existencia, a ser reconocidos como seres humanos iguales, y
diferentes al mismo tiempo. Iguales en un sentido humano, iguales como seres
vivos. Pero diferentes en la medida que se tiene una cosmovisión propia, que
dota de sentido al mundo desde una concepción distinta de aquella que se
pretende instaurar, o bien, imponer.
Bien pues,
nuestra cultura latinoamericana es un tanto más compleja, y buscar una
identidad dentro de ésta multiculturalidad refiere a un problema mucho mayor si
nos planteamos la pregunta ¿Quiénes somos? Como dijo alguna vez Bolívar
(Bolívar, Discurso de Angostura) “…No
somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y
los españoles (…) así nuestro caso es el más extraordinario y complicado.”
No obstante, hoy
día nos encontramos permeados por una lógica imperante, una lógica moderna y
capitalista que, nos enmarca (dentro de américa latina) como una civilización
atrasada, como países de tercer mundo que aún no se han modernizado, que
conservan aún rezagos del pasado pre-colonial, siendo denominada injustamente,
como subcultura, cuando ésta es –sugiero- otra cultura distinta que no se
enmarca precisamente en la definición tradicional del concepto. Y si bien no es
aquella misma cultura indígena pre colonial, aún hace eco su resistencia ante
la transformación impuesta por los países del primer mundo.
Si damos una
mirada rápida hacia América Latina,
encontraremos cientos de pueblos indígenas en resistencia. Pero no sólo
movimientos indígenas es lo que habita hoy día en ésta, nuestra américa, sino
luchas obreras, campesinas, autónomas, etc., que pueden o no estar dialogando
con el Estado; luchas por el territorio, tanto por ocuparlo, como por
conservarlo. Y son estas tantas luchas, las que de alguna forma están debilitando
y/o negando, una cosmovisión moderna, un Estado, un sistema capitalista, una
lógica de vida a la que se supone debemos aspirar para el progreso, para el
desarrollo humano. Son luchas que, buscan un escape de un pasado colonial;
buscan no estar atadas a las normas tradicionales modernas; al mismo tiempo que
permiten el distanciamiento de “la herida colonial”, que implica en primera
instancia la negación de un grupo o grupos dominantes, lo que por ende (en
segunda instancia) implica el reasumirse como seres libres sin dependencia
económica, política y, sobre todo, sin dependencia cultural, lo que quiere
decir que: la cultura propia se asume como tal, se defiende y, se re-apropia en
diversas gamas sociales.
Habiendo
planteado lo anterior, nos acercamos a esto que considero dota de una identidad
latinoamericana, la cual considero aún no está definida como tal, pues como se
menciona al principio, la cultura dota de un carácter identitario, pero la
cultura misma no es, por ende, la identidad; esto en la medida en que existe
una multiculturalidad, distintas cosmovisiones y diversas formas de vida, lo
que impide que todos nos identifiquemos bajo una misma lógica, ya sea esta
indigenista, socialista, autonomista…Y tantos otros “ismos” que pueden existir.
¿Qué unifica a
esta otra américa?
Si bien no es la
cultura precisamente como tal, lo que considero dota de un carácter identitario
a nuestra américa (la américa latina), es asumirse como parte de ésta. Pero no
es algo tan simple. El asumirse como parte de ésta otra América, implica
también una resistencia cultural, una negación a aquello otro que es ajeno pero
que no precisamente es un ataque tácito a las personas que no comparten la
misma ideología. Asumirse como parte de américa latina, también es retomar las
culturas prehispánicas, al amerindio; aceptar la multiculturalidad, la
diversidad y esto, es menester para conformar no una, sino distintas
identidades latinoamericanas.
¿Por qué
distintas identidades? Porque hablamos de una multiculturalidad americana y, en
lo personal, no veo la necesidad de unificar todo y seguir distinguiendo
incluso a dos américas. Es una sola porque es multicultural. Si bien se hace la
distinción de las dos américas, es porque aún se mantiene la idea de la sub américa, sub-desarrollada,
sub-humana. Plantear distintas identidades, implica reconocernos a nosotros
mismos como parte de un sociedad, con sus propias lógicas, pero donde también
las fronteras culturales pueden ser sobrepasadas, sin trasgredir ciertas
lógicas indígenas cuya lucha principal ha sido el reconocimiento de su
existencia como seres vivos, humanos y su derecho primordial a habitar este
mundo, nuestro mundo.
No obstante, poderse asumir como americano o,
en su defecto, como latinoamericano (ya expliqué por qué me causa conflicto
éste otro término) implica una lucha característica de un pueblo oprimido, una
lucha contra la imposición de un gobierno, de un sistema político, de un modelo
económico, de una ideología ajena y, de una cosmovisión que implica una seria relación
de dependencia en todos los rubros anteriores. Hablar de identidades
latinoamericanas, implica la suma de todas éstas luchas que resisten por no
dejar de ser quienes somos, por no estar sujetos constantemente, por asumir lo
propio y defenderlo como tal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario